"Solo se trata de vivir", nos decía Litto Nebbia, aquel tipo que "tiró la primera piedra" (Emilio del Guercio dixit) y permitió que nazca todo lo demás.
Hoy la premisa es otra: solo se trata de opinar, rápido, en forma urgente, ayer si es posible. Algo hay que decir. "La vida va muy rápido". Error: los que vamos rápido somos nosotros. Cuesta escuchar la simple oración "no sé", o "me informaré, para luego opinar", o algún que otro derivado.
Tristemente, pero sin caer en la resignación, nos veo a todos atravesando un periodo de transición (hacia qué, no sé), en el que no nos estamos deteniendo a pensar. Pensar cuesta tiempo, elaborar una idea no sirve, en tanto cien opinólogos sin fundamento ya nos habrán ganado de mano. Porque repito, "la vida va muy rápido".
¿Y si frenamos un poquito y disfrutamos de ese maravilloso acto que implica poner en marcha nuestras neuronas para sacar del horno una síntesis elaborada y fuerte como una roca?.