23 jul 2022

Destino circular: el mar y las sierras en bicicleta

 Después de haber unido el mar y las sierras por primera vez con Nati, en enero de 2021 (https://tinyurl.com/3zutm2ku), quedó en mi mente otro recorrido alternativo, que fue el realizado en este julio de 2022. 

El origen y el destino, fue nuevamente Santa Clara del Mar. Los caminos elegidos, 100% rurales, con mezcla de tierra, ripio, barro, arenilla, y otros menesteres que serán descriptos a lo largo del relato. A excepción de algunos poquísimos kilómetros en los cuales me vi obligado a pedalear por ruta, la evité en todo momento, ya que el viaje fue planeado en su totalidad por caminos de tierra.

Planificar un viaje en bicicleta en invierno implica, al menos en lo personal, pensar en recorridos más cortos, acorde a la duración de los días y al frío, que cuando es intenso, desgasta en demasía.

Santa Clara del Mar - Vivoratá - Laguna Brava

Distancia: 74 km

Enlace Wikiloc: https://tinyurl.com/34htznru

Partiendo desde Santa Clara del Mar, en dirección hacia Mar de Cobo, nace un sendero rural recto que nos deposita en Vivoratá. En él, encontrarán la Escuela Nº20 (Jorge Oster), que siempre recordaré por haber obrado de proveedora de agua en un caluroso día de verano en el cual uní Santa Clara del Mar con Nahuel Rucá (https://tinyurl.com/22yh449a).



Desde Vivoratá, otro terraplén nos permitirá llegar a El Dorado, que se encuentra a unos pocos metros de Laguna Brava. Como podrán advertir, las sierras comienzan a verse en esta parte del recorrido, por lo cual se convierten en una interesante meta: cuanto más grandes las veamos, más cerca estaremos de cumplir el objetivo.



Al llegar a El Dorado, que se encuentra en la intersección entre el sendero rural y la ruta 226, se encuentra el paraje El Carmen, donde es posible abastecerse y charlar un buen rato con sus amables dueños.




Para arribar a Laguna Brava, hay que tomar la ruta 226 por unos pocos cientos de metros (con generosa banquina). Durante el tramo total, se asciende gradualmente todo el tiempo hasta una altura de 130 metros, lo cual influye en el desgaste físico, más cuando -como en mi caso- esto viene acompañado de un abrumador viento en contra que tuve que soportar golpeadomé la cara durante todo el día. Pero así son los viajes en bicicleta: el viento siempre estará en contra (ya veremos que no siempre) y el clima siempre se comportará en contra del ciclista (idem anterior).







Laguna Brava - Balcarce


Distancia: 41 km

Enlace Wikiloc: https://tinyurl.com/2azudfup

Desde Laguna Brava, lugar hermosísimo para pasar la noche, nace un camino de tierra que nos permite rodear la sierra El Volcán y admirarla desde los cuatro costados, mientras pedaleamos por un sendero que nos ofrece una laguna y muchos sectores arbolados.




Las fotos anteriores fueron tomadas a las apuradas, ya que ese día nos recibió con -7ºC de sensación térmica, por lo cual no resultaba demasiado tentador ni dejar de pedalear, ni sacarse los gauntes para tomar demasiadas fotos.



En este hermosísimo y breve tramo, se asciende un total de 115 metros, de manera gradual y sin que implique dificultad alguna para pedalear. Sabemos que en estos lugares de la Provincia de Buenos Aires, nuestro enemigo siempre será el viento, no las cuestas pronunciadas.




A medida que nos acercamos a Balcarce, la sierra El Volcán se puede apreciar cada vez mejor. Y Balcarce me recibió con un ocaso para el recuerdo, que compensó con creces la helada matutina.




Balcarce - Los Pinos - San Agustín - Mechongué

Distancia: 49 km

Enlace Wikiloc: https://tinyurl.com/y5jzt3r

Este tramo fue, sin dudas, el más lindo de todo el viaje. Cuando uno viaja en bicicleta, no todos los caminos son divertidos. A veces, importa el destino y por él se pedalean kilómetros y kilómetros de monotonía. Otras veces, el atractivo está en el camino y el destino es una excusa. En otras oportunidades, es lindo el camino, el destino y también lo que encontramos en el medio. Este tramo, pertenece a este último grupo. Y como si esto fuera poco, se descienden 120 metros de manera gradual, lo cual indica que vamos dejando la sierra para acercarnos al mar.




A poquísimos metros de dejar Balcarce, nos adentramos en un paisaje rural divino, con restos de ferrocarriles que alguna vez dotaron de vida a ciudades que luego se convirtieron en poblados pequeñísimos.

Los Pinos nos recibe con una esquina que nos demuestra a gritos en dónde nos encontramos. El pueblo tiene varias esquinas con surtidores de combustible antiguos, que es algo que me apasiona encontrar en el camino.







Otro atractivo del pueblo es la estación de tren, a la cual se puede acceder perfectamente.






Tras algunas vueltas por las pocas manzanas existentes en Los Pinos, continué camino hacia San Agustín. Entre estos dos pueblos, perdí totalmente la señal del celular, lo cual me impidió incluso utilizar la geolocalización. Lo positivo es que aún sin ayuda digital, es relativamente fácil llegar a San Agustín, ya que la referencia clave es la sierra siempre a nuestras espaldas. 

El tramo entre Los Pinos y San Agustín está minado de piedras de gran tamaño, por lo cual es importante conducir con precaución para no dañar la bicicleta -¡no olvidemos que vamos con muchos kilos en nuestras alforjas!- y no dejarse tentar por las bajadas que nos invitan a aumentar la velocidad.




Anticipé que el recorrido es una preciosura y las fotos lo demuestran. Dejando atrás una escena que a cualquier amante de Divididos le llamará la atención y desviándonos apenas unos kilómetros en dirección hacia el norte (nuestro este), llegaremos a San Agustín, un pueblo bellísimo, en el cual podemos apreciar su estación de ferrocarril, monumentos y hermosas plazas.
















 

Después de haber visitado San Agustín, el día mejoraba sin solución de continuidad. La temperatura seguía en ascenso -llegó a los 17ºC, cuando apenas un día antes la sensación térmica fue de -7ºC- y el viento a favor no hizo más que convertir en un paseo la llegada a Mechongué.







En Mechongué nos da la bienvenida el Gauchito Gil y una calle principal que atraviesa el pequeño poblado, dejando la estación del ferrocarril a la izquierda y el resto, a nuestra derecha. La estación del ferrocarril de Mechongué está perfectamente mantenida y cuidada. Allí funciona un museo que puede visitarse algunos días a la semana. 








"¿Y acá dónde te vas a quedar a dormir?", me preguntó el dueño de la Parilla "Los Amigos", famosa en Mechongué, en la cual pude degustar unos riquísimos ravioles acompañados con un vino tinto. La respuesta fue "en lo de Mary, alquila su casa a unas pocas cuadras, la contacté por Airbnb". Antes de llegar a Mechongué, había reservado una noche en lo de Mary, una persona verdaderamente maravillosa a quien recomiendo contactar si tienen pensado pasar la noche en este tranquilo pueblo de poco más de mil habitantes. De más está decir, que el dueño de "Los Amigos" conocía a Mary, y a todas las personas que viven en Mechongué.


Mechongué - Mar del Sur - Miramar - Chapadmalal

Distancia: 82 km

Enlace Wikiloc: https://tinyurl.com/yp892kbd




Arranqué pedaleando desde Mechongué, con la intención de tomar un camino de tierra que desembocaría en la ruta 88, lo cual se frustró -como podrán ver en el recorrido en Wikiloc- cuando a poco de comenzar, me topé con una tranquera que me impidió continuar. Un nuevo camino público que queda en manos de privados. Y van...


Por fortuna, el camino alternativo al planeado fue el denominado vecinal, que si bien es de asfalto, prácticamente carece de tránsito vehicular, sobre todo temprano en la mañana. Este camino desemboca en la ruta 88 y a poco de la intersección, nos ofrece un muy lindo paisaje protagonizado por los molinos de viento del Parque Eólico Vientos de Miramar.






Tras toparme con la ruta 88, debí tomarla por 5 km hasta llegar a otro camino rural que nace frente al Paraje San José. Este camino es de esos en los cuales cuenta encontrar la huella para pedalear sin rebotar constantemente porque se encuentra en un estado bastante calamitoso. Pero no es demasiado lo que hay que pedalear -poco más de 15 km- para llegar a Mar del Sur, que nos recibe con una vista hermosa.






Desde Mar del Sur, tomé otro sendero rural -la ex ruta 11- en dirección hacia Miramar. El camino está absolutamente descuidado hasta poco antes de llegar a Miramar, donde se torna más cómodo para pedalear. No hay prácticamente ninguna huella, pero sí barro y montículos de tierra seca que nos obligan a conducir con precaución para cuidar nuestra bici.
El paisaje del tramo es muy lindo y nos da la posibilidad de ingresar a Miramar tras atravesar un largo seto.






Después de un riquísimo almuerzo en Miramar, continúe con destino a Chapadmalal, siempre por caminos de tierra paralelos a la ruta 11. Sinceramente, no esperaba demasiado de este tramo, pero me deslumbró. Por momentos se pedalea en senderos por los cuales prácticamente no transita nunca ninguna persona, ya que hasta se los ve llenos de pasto y sin huellas. De pronto, es necesario internarse en un corto sendero de unos 3 km para luego arribar a Chapadmalal y allí continuar por la calle de tierra paralela a la ruta 11, que será la que nos permitirá atravesar el pueblo y llegar a su pequeña zona céntrica.






Chapadmalal - Mar del Plata - Santa Clara del Mar


Distancia: 48 km


Enlace Wikiloc: https://tinyurl.com/3bdwwmb8


Así llegué al último tramo del viaje y quinto día del recorrido. Saliendo de Chapadmalal, es posible continuar evitando la ruta 11 por senderos de tierra paralelos a esta, hasta que resulta obligado pasar al asfalto a la altura de la Barranca de los Lobos. Allí no queda más que continuar pedaleando hasta toparse con el sur de la siempre hostil Mar del Plata, que afortunadamente en invierno presenta niveles de agresividad bastante menores, por lo cual uno puede concentrarse más en su precioso paisaje costero mientras pedalea y la atraviesa.
Después de una escala bien marplatense en el café Havanna, tomé la bicisenda que une Mar del Plata y Santa Clara del Mar, para finalizar así un nuevo viaje a bordo de mi bicicleta.






Otro viaje concluido en bicicleta que no hace más que confirmar lo apasionante que resulta cargar todo el equipaje a bordo de nuestras dos ruedas y pedalear contra viento y marea.
Hasta la próxima, gracias por leer.


Actualización 24/1/2024. Por cualquier comentario o requerimiento de información, escribirme a leonelciliberto@gmail.com, ya que Blogspot dejó de notificarme acerca de la existencia de nuevos comentarios.