24 oct 2010

“La única generalización social válida, es aquella que reza que todas las personas que crean generalizaciones sociales se equivocan”.


Decidí comenzar este relato con una frase propia, muy básica por cierto, pero explicativa. No pretendo discutir las generalizaciones físicas o químicas, sino aquellas respectivas a los aspectos sociales y económicos.
Hoy tengo ganas de escribir acerca de un tema cotidiano y recurrente: las generalizaciones sociales. En los momentos críticos aparecen por doquier, a mansalva. El presente no es la excepción. Entonces, ante una determinada problemática, compleja, que se viene formando desde hace mucho tiempo, la solución suele ser una respuesta que contiene una generalización simple, a veces hasta banal, totalmente infundada e impráctica.
Para no caer en el mismo vicio, tratamos de encontrar las causas principales de estas generalizaciones. En lo personal, he descubierto que las mismas son: la ignorancia y la intolerancia. Si bien estos conceptos no son peyorativos en sí mismos, las consecuencias de los comportamientos de aquellos que elaboran una generalización, presas del desconocimiento y la falta de tolerancia, son muy graves.
Quien es ignorante, no ha incorporado en su intelecto una porción del saber. Por lo tanto, unos más, otros menos, todos ignoramos en cierta medida. Pero a su vez, existen quienes se abstienen de elaborar argumentaciones sobre una base que ignoran y quienes no. Estos últimos, crean generalizaciones graves e infundadas.
Quien es intolerante, no utiliza el tiempo necesario (gran y costosa herramienta), para pensar y razonar cuál es la manera más indicada para resolver una controversia, pero pretende encontrar la solución a cualquier costo, ergo, crea una generalización que tal vez contiene algún fundamento, pero es inválida por resultar irrazonable o apresurada.
Como otras causas ad-hoc, aparecen el facilismo, la pereza, la desesperanza, la falta de solidaridad y de empatía, entre otras, todas caracterizadas por la falta de compromiso con respecto a un “todo” social.
Evitemos generalizar. Hablemos de aquello que conozcamos y tomándonos el tiempo necesario, sin olvidarnos nunca de quiénes somos “todos”.

Hasta cualquier otro momento, saludos y gracias por visitar el blog.
Leonel

4 comentarios:

maria dijo...

te lo robo, vale la pena leerlo.

Anónimo dijo...

Impecable.

Cintia Soledad dijo...

Coincido plenamente. A veces nos dejamos llevar por las generalizaciones y terminamos en conclusiones que están lejos de la realidad; nos dejamos llevar por el famoso "sentido común", y eso nos termina perjudicando las ideas. Todo se termina convirtiendo en un estereotipo, y eso hace mal, los razonamientos se convierten en pobres y carentes del buen sentido.


Un placer identificarme con el texto.

Leonel Javier Ciliberto dijo...

Excelente conclusión Cintia...