Anoche tuve el placer de haber presenciado la primera Conferencia realizada a efectos de dar un poco de luz a todos - abogados, estudiantes e interesados en general - sobre el nuevo Código Civil y Comercial que parece ser ya una realidad. La misma fue llevada a cabo por distinguidos abogados y jueces.
Amén de que uno termina prefiriendo siempre a un expositor por encima del otro - sobre todo cuando notamos que ciertos prejuicios referidos a los homosexuales siguen latentes en jueces que ocupan altos cargos en la Justicia -, ya sea por su facilidad para expresarse, su claridad, su humor, o lo que fuere, y también pese a que sus discursos nos permitieron alarmarnos de incoherencias que contiene el proyecto del nuevo cuerpo normativo, mi preocupación mayor es otra...
El principal temor de abogados, estudiantes y jueces, parece ser el hecho de tener que aprender conceptos nuevos... No ya qué es lo justo y lo injusto, lo apropiado o lo inapropiado, lo aberrante o lo correcto, sino el esfuerzo que tendrán que realizar para comprenderlo.
Cuesta pensar en un avance significativo en cualquier materia, cuando los encargados de llevarlo adelante no llevan incorporadas - como sí llevan el saco y la corbata - las ganas de aprender.
¿Será que quienes consideran que lo saben todo ven dañado su ego al encontrarse ahora no tantos escalones por encima de quienes ellos creen que nada saben?
Saludos para todos. Gracias por su tiempo.