12 mar 2010

Cambiaste mi día. Me hiciste sonreir. Lograste que la jornada laboral venidera sea más amena.


Y todo a cambio de unas monedas que hasta podría no haberte dado, pero quise entregarte a modo de contraprestación por tan buen gesto.



Gracias al "ciego del tren".



Pequeños momentos. Grandes placeres que alegran nuestros días.

1 comentario:

valeria dijo...

Es hermoso cuando nuestro día comienza con una sonrisa producto de una persona que nos llega al alma.