Decir que somos seres humanos, y que eso nos distingue del resto, por nuestra capacidad de comunicación y raciocinio resulta una verdad enciclopédica, que hoy en día parecer estar dejándose de lado.
No interesa hablar. Hablar estár prohibido. Cruzar miradas "está mal". Reirse es perjudicial para la salud.
La premisa dice que debemos ser seres ofuscados, esperando que termine un día más de nuestras miserables vidas.
Afortunadamente, muchos podemos dar nuestros pasos sin caer en eso.
Suena "turn, turn, turn" de The Byds, de un blog ajeno, de un sujeto quién no vi jamás, ni al que seguramente conoceré, pero saber que compartimos determinadas cosas con el otro, es lo que nos hace felices...
Desde escuchar un tema de los Beatles sonando por la calle, hasta ver una remera de Hendrix, Purple, Zeppelin o del loquísimo Ozzy Osbourne... Esas pequeñas demostraciones de idolatría, son las que alegran nuestros días. Siempre y cuando estemos abiertos a dejarlas pasar.
Una canción, alguna que otra voz, el sonido de una guitarra... Cosas que pueden cambiar nuestros días, traer el insostenible recuerdo de aquella persona a la que no volvimos a ver o simplemente impulsarnos a sonreir, a caminar felices por cualquier parte, entre otros sentimientos posibles. Así estemos trabajando o haciendo algo que, en realidad, no tengamos ganas de realizar...
Esa es la magia que nos otorga la música, mezclada con la comunicación, con la capacidad de querer mostrarle al otro nuestro parecer, lo que sentimos, nuestros gustos, nuestras ideas...
No interesa hablar. Hablar estár prohibido. Cruzar miradas "está mal". Reirse es perjudicial para la salud.
La premisa dice que debemos ser seres ofuscados, esperando que termine un día más de nuestras miserables vidas.
Afortunadamente, muchos podemos dar nuestros pasos sin caer en eso.
Suena "turn, turn, turn" de The Byds, de un blog ajeno, de un sujeto quién no vi jamás, ni al que seguramente conoceré, pero saber que compartimos determinadas cosas con el otro, es lo que nos hace felices...
Desde escuchar un tema de los Beatles sonando por la calle, hasta ver una remera de Hendrix, Purple, Zeppelin o del loquísimo Ozzy Osbourne... Esas pequeñas demostraciones de idolatría, son las que alegran nuestros días. Siempre y cuando estemos abiertos a dejarlas pasar.
Una canción, alguna que otra voz, el sonido de una guitarra... Cosas que pueden cambiar nuestros días, traer el insostenible recuerdo de aquella persona a la que no volvimos a ver o simplemente impulsarnos a sonreir, a caminar felices por cualquier parte, entre otros sentimientos posibles. Así estemos trabajando o haciendo algo que, en realidad, no tengamos ganas de realizar...
Esa es la magia que nos otorga la música, mezclada con la comunicación, con la capacidad de querer mostrarle al otro nuestro parecer, lo que sentimos, nuestros gustos, nuestras ideas...
1 comentario:
"Una canción, alguna que otra voz, el sonido de una guitarra... Cosas que pueden cambiar nuestros días"
Hacerlos menos monótonos, despejarnos de la rutina...hacernos sentir acompañados...por una melodía, por una persona que comparta nuestros gustos...esos condimentos para el alma.
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