3 sept 2010

Podemos empezar un día y terminarlo sin que nada nos parezca trascendente...

También podemos abrir nuestra mente y encontrarle el gustito a la lluvia, dejarnos conmover por una canción que nos enciende y modifica el rumbo de nuestro día.. O simplemente sonreir, pensar en alguien, en lo que es y lo que nunca será...

De eso se trata.

Qué fácil, ¿No?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué lindo es darse cuenta de que hay otras mentes y almas por ahí que comparten nuestra filosofía.

Me gusta mucho este post =)

Maximiliano dijo...

si se puede. Amo la lluvia (siempre y cuando no genere goteras en mi casa)